La corteza de pino protege, decora, retiene la humedad y evita la aparición de malas hierbas. Te contamos todo acerca de este material que promete ser uno de nuestros aliados en el jardín.
La corteza de pino es un material natural que se utiliza en jardinería tanto para mejorar el estado de las plantas como para la decoración de jardines. Su uso es muy común entre jardineros y paisajistas debido a esta doble faceta, pero sus beneficios van aún más lejos. Te lo contamos.
Ayuda a ahorrar agua
Una de las características más destacadas de la corteza de pino es su capacidad para absorber la humedad. De esta manera, si llueve o si se riega el jardín, la corteza absorbe parte de esa agua y la almacena en su interior dotando de humedad a todo aquello que está en contacto con ella. Además, debido a esta cualidad de la corteza de pino, se reducen las necesidades de riego del terreno, pues este aguanta más tiempo en buen estado. Con todo ello, logramos reducir la frecuencia de riego en el jardín y, por tanto, ahorramos tiempo y dinero.
Evita el crecimiento de malas hierbas
Otro de los beneficios del uso de la corteza de pino en el jardín es su habilidad para evitar la formación de malas hierbas. Podría crecer alguna, pero definitivamente no es algo muy probable. Si ocurriera, su color oscuro nos permitiría identificarla rápidamente y retirarla.
Protege las plantas
La corteza de pino se caracteriza por su gran resistencia al frío y a la lluvia. Por un lado, absorbe el calor y, por tanto, minimiza el impacto del frío en las plantas y actúa como aislante ante las heladas. Y, por otro, como hemos dicho antes, absorbe el agua de la lluvia. Además, su capacidad para absorber la humedad la convierte en una buena alternativa también frente a la sequía.
Es resistente
En contraposición a otros materiales que se utilizan como base en el jardín, la corteza de pino es muy resistente y puede colocarse en zonas de tránsito, ya que no se estropea con las pisadas.
Con el tiempo se convierte en abono
Aunque la corteza de pino es un material repleto de ventajas, tiene un inconveniente y es que con el tiempo se descompone debido a su naturaleza. Es por ello que recomendamos renovarla cada 2 o 3 años para mantener el espesor inicial. Sin embargo, de esta desventaja surge un nuevo beneficio. Pese a que se descompone con el paso del tiempo, también se convierte en abono para las plantas. Así, aunque hay que renovarla cada cierto tiempo, no es necesario retirarla para poner la nueva, sino que podemos hacerlo encima de los restos.
Es decorativa
Si por algo es admirada entre jardineros y paisajistas es por su color oscuro y llamativo y su capacidad para decorar espacios. Su tono marrón la convierte en un elemento perfecto para generar contrastes junto a plantas y vegetación donde predomina el color verde. También junto a piedras decorativas de colores blanco, amarillo, rosa o crema.
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